sábado, 31 de enero de 2015

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO (I): EL CRISTO PANTOCRÁTOR

Portada de San Trófimo de Arlés (sur de Francia)
La del PANTOCRÁTOR es, sin duda, una de las representaciones más abundantes dentro de la historia del arte medieval (sobre todo el románico), frecuente tanto en escultura como en pintura. Se trata de una representación de Cristo todopoderoso (que es lo que significa pantocrátor en griego: πάς , πασα, πᾶν (todo) y κράτος (poder)). "[...] Es el Dios omnipotente, solemne y juicioso de la segunda Parusía. La fuente de inspiración se encuentra en la visión de San Juan, en el Apocalipsis 4-5 y llena de símbolos tomados de otros lugares. [...] Cristo aparece sentado en el trono, envuelto por una especie de mandorla o almendra mística que lo rodea" (CARMONA MUELA, J. Iconografía Cristiana: 157-158). El Cristo en Majestad tradicional y más frecuente aparece sentado en un trono. Su cara lleva bigote destacado y barba, según la tradición oriental y dándole así un carácter de eternidad, y los cabellos son largos hasta los hombros. Su actitud es la de bendecir con los dedos índice y corazón de la mano derecha; en la izquierda sostiene el Libro de la Vida, (registro de quienes se salvarán) unas veces cerrado y otras abierto. Suele vestir con túnica y manto que cuelga desde sus hombros. Los pies están desnudos y a veces invaden la mandorla en la que se apoyan. El Cristo suele llevar en la cabeza una corona,o bien un nimbo en que está inscrita una cruz. Aparece en una actitud hierática, rígida; se trata de una pintura/escultura desproporcionada y con un claro contenido simbólico. Rodeándole encontramos el Tetramorfos, que son una representación de los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. A la derecha de Cristo, arriba, aparece san Mateo, representado como un ángel (relacionado con la infancia de Jesús). A la izquierda, arriba, el águila, que representa a san Juan, relacionado con la Ascensión. Abajo, a la derecha, el león, que representa a san Marcos y representa la resurrección y finalmente, a la izquierda, el buey, que simboliza a san Lucas y representa la Pasión. También en la representación de arriba, como es costumbre en el arte románico, encontramos a los ángeles, en las arquivoltas, y a los veinticuatro ancianos, habituales en esta representación de Maiestas Domini. No debemos confundir este tema con el Juicio Final (Cristo aparece como juez y no en actitud "amable", sino furibundo, con una balanza (pesaje de las almas) y un registro de salvados y condenados.
La representación de la Majestad de Cristo tiene su origen en Egipto, sobre el siglo V a.C. Se trata de una iconografía de tradición bizantina, que hereda el arte prerrománico y el románico. Está en consonancia con una sociedad analfabeta y religiosa y tanto la escultura como la pintura, cobrarán un carácter simbólico, didáctico, moralizante y adoctrinante. En estos temas, solemos encontrar también la letra alfa y la omega (primera y última letra del alfabeto griego), que se asocian con una cita del Apocalipsis (Ap 22,13): "Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin". Este tema, representado en numerosas ocasiones y de formas diferentes, tiene un sentido básico: representa a un Dios implacable y amenazante; es el Dios que atemorizaba a los hombres de la Alta Edad Media con los tormentos del infierno. 
Cristo Pantocrátor del ábside de Santa María de Boí Taüll (Catalunya)

El tema del Pantocrátor también se repite en pintura (como vemos arriba). La peculiaridad es que, en ocasiones, el tema varía ligeramente y se hacen algunas modificaciones (por ejemplo, en el de arriba encontramos, además de los Evangelistas, a una serie de ángeles y personajes bíblicos. En el libro de la Vida que cristo sostiene, figura la inscripción en latín "Ego sum lux mundi" (="Yo soy la luz del mundo"). Es bastante relevante la tradición de la Maiestas Domini en Catalunya. 
Cristo Pantocrátor de San Isidoro de León (en el Panteón de los Reyes).

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