jueves, 31 de julio de 2014

Contexto histórico (breve) del arte gótico

CONTEXTO HISTÓRICO: ARTE GÓTICO

Los siglos del gótico coincidieron con una serie de cambios importantes dentro de la Europa medieval que tuvieron lugar a partir de la mitad del siglo XII.

Desde el punto de vista económico, el feudalismo continúa pero se produce una expansión económica y comercial que favoreció el crecimiento de las ciudades y la aparición de un nuevo grupo social, la burguesía. El perfil de la ciudad se levantaba imponente en medio de los campos. Desde ellos se podían admirar sus murallas, los altos campanarios de sus iglesias, el ayuntamiento, los palacios de los nobles y de los comerciantes ricos... La nueva riqueza de estas urbes se expresaba, sobre todo, con la catedral gótica, cuya función no era solamente religiosa, sino la de expresar el nuevo orgullo y el sentimiento de independencia de sus habitantes, por eso estas construcciones eran de gran tamaño y de una riqueza nunca vista hasta entonces. En una sociedad mayoritariamente rural, en la que los campesinos vivían sometidos a los señores feudales, la ciudad se convirtió en un símbolo de libertad y riqueza. Además pasó a ser un gran centro de producción e intercambio de productos y la burguesia que se ocupaba de estas actividades (banqueros, grandes comerciantes...) se convirtió en sus gobernantes.

Desde el punto de vista cultural, se produce la aparición de las universidades ubicadas en las ciudades. En la época del Románico la cultura se asociaba a los monasterios. Sólo sabían leer y escribir los clérigos. Pero a medida que avanza el siglo XII, la mejora de las condiciones económicas hace que algunos nobles y, sobre todo, los burgueses dedicados a los negocios, necesitaran conocimientos de cálculo, escritura, derecho, etc. Esta necesidad de mayor educación potenció la aparición de las escuelas episcopales (dependientes de obispos) y de escuelas urbanas (dependientes de los gobiernos de las ciudades). El deseo de algunos profesores y estudiantes de poder aprender libremente, sin el control de las autoridades religiosas, dio lugar a la formación de unas corporaciones llamadas universidades, a partir de las cuales, la enseñanza dejará de estar controlada por los monasterios.

Políticamente, el particularismo feudal va cediendo terreno ante el poder unificador de las monarquías centralizadas. Los monarcas aprovecharon el crecimiento de la burguesía urbana y el dinero que les proporcionaba, a cambio de la concesión de privilegios, para afianzar su poder sobre la nobleza feudal.


Desde el punto de vista religioso, surge un nuevo modo, más humano y abierto, de entender el cristianismo. La vida urbana planteó nuevas necesidades religiosas que no podían resolver los monasterios aislados en el campo. La iglesia necesitó un nuevo tipo de órdenes religiosas: unos frailes que vivieran y trabajaran en la ciudad (conventos) y que se dedicaran a la predicación y a la limosna. Se les llamó órdenes mendicantes porque ellas mismas vivían de la caridad. Las más importantes fueron los franciscanos, fundados por Francisco de Asís, que destacaron por su regreso a la pobreza y la oración y por el cuidado de pobres y enfermos; y los dominicos, fundados por Domingo de Guzmán, dedicados al estudio, a la predicación y a la vigilancia de la fe y del cumplimiento de la ortodoxia.

Contexto histórico (breve) del arte románico


CONTEXTO HISTÓRICO : ROMÁNICO


Llamamos arte románico al estilo artístico que se difundió por toda Europa occidental durante los siglos XI y XII. Se llama románico porque tradicionalmente se consideraba que tenía un lejano parentesco con Roma aunque hoy se sabe que es un arte genuinamente medieval.
Frente a la fragmentación y a la gran variedad estilística de los siglos de la Alta Edad Media, el lenguaje artístico Románico es unitario (cosa que no se daba desde Roma) y el elemento unificador es de tipo cultural, la Cristiandad.

El Románico coincide históricamente con la consolidación del feudalismo y del poder de la nobleza y de la iglesia sobre el resto de la sociedad. Es también el momento de las grandes peregrinaciones, de las Cruzadas y del florecimiento del monacato, con la orden de Cluny a la cabeza.

FEUDALISMO
En la Edad Media, a partir de los siglos IX y X, se implantó en Europa Occidental un sistema político, económico y social conocido como feudalismo. El sistema feudal tiene su origen en el desmembramiento del imperio Carolingio y en la situación de inestabilidad provocada por las invasiones de normandos, musulmanes y húngaros. Los monarcas, incapaces de defender sus territorios, cedían sus tierras (feudos) a señores feudales, nobles o eclesiásticos, para que las gobernaran en su nombre. A cambio, éstos debían convertirse en sus vasallos, jurarles fidelidad y ayudarles en las empresas militares. La población, formada mayoritariamente por campesinos, vivía atemorizada por la guerra y las invasiones. Su máxima preocupación era sobrevivir y muchos se convirtieron en siervos de los señores feudales.

LA IGLESIA
En esta sociedad el peso de la religión cristiana era enorme. Poderosos o humildes, todos se sentían miembros de la misma comunidad, la cristiandad, con unas creencias comunes y unos rituales parecidos. La Iglesia mantenía la unidad de los creyentes y fijaba las obligaciones religiosas (rezar, ir a misa los domingos, ayunar, confesarse una vez al año, comulgar en Pascua y peregrinar, si se podía, a lugares santos como Roma, Jerusalén y Compostela, en los cuales se conservaban reliquias, esto es, objetos o restos de Cristo o de mártires y santos cristianos). También prescribía la caridad, la vida virtuosa y la donación de bienes a la Iglesia después de la muerte. Siguiendo estas normas se redimían los pecados, se alcanzaba la vida eterna y se evitaba ser condenado al infierno.

Toda la vida social o privada estaba marcada por la intervención de la Iglesia. El nacimiento, el matrimonio y los funerales tenían ceremonias religiosas y la Iglesia se encargaba también de la enseñanza y de la asistencia a los pobres y enfermos. Como las guerras, en este período eran tan frecuentes, la Iglesia estableció la paz de Dios y la tregua de Dios, períodos de paz obligatorios en caso de guerra que coincidían con las celebraciones de Navidad, Pascua, etc. Si se desobedecían estas obligaciones, cualquier cristiano, rico o pobre, podía ser excomulgado, es decir, expulsado de la Iglesia y, por tanto, condenado al infierno.

LAS CRUZADAS
Los siglos del románico coinciden también con las cruzadas. Los lugares donde Cristo había vivido se convirtieron, especialmente Jerusalén (Tierra Santa), en centros de peregrinaje de los cristianos, a pesar de encontrarse en estos momentos bajo dominio musulmán. En el siglo XI Jerusalén fue ocupada por los turcos, un pueblo islamizado, muy guerrero, que impedía el acceso de los peregrinos a la ciudad o a maltratarlos. Por este motivo, en 1095, el papa Urbano II hizo una llamada a los cristianos para que fueran a liberar Tierra Santa de los infieles (turcos). Prometió la salvación eterna a todos los participantes. A lo largo de los siglos XII y XIII tuvieron lugar las Cruzadas, campañas militares en defensa de la cruz (símbolo cristiano). Un profundo espíritu religioso movilizó a hombres, mujeres, niños, aventureros, pequeños nobles, que querían conseguir tierras y poder, y mercaderes interesados en intercambios comerciales con los puertos de Oriente Medio. También aparecieron las órdenes militares, como los caballeros templarios o los caballeros hospitalarios, monjes militares que fueron a luchar a Tierra Santa y que se cosían cruces de tela en sus ropajes como símbolo de su misión.


LOS MONASTERIOS
En un mundo donde la mayor parte de la población era campesina, la Iglesia tuvo que ruralizarse, es decir, establecerse en el campo para evangelizar y dirigir la vida de los labradores.

La iglesia era el edificio principal de cualquier villa, pueblo o ciudad. Los fieles acudían a ella a oir misa los domingos, en las fiestas y en celebraciones como bautizos, bodas y entierros. Las campanas tocaban a oración, advertían de los peligros o convocaban a la población a reuniones y asambleas.

A partir del año 1000 además de las iglesias parroquiales se construyeron monasterios que se convirtieron en centros culturales donde se conservaban y copiaban textos literarios y donde se aprendía a leer y escribir. Los monjes y monjas que allí vivían rezaban varias veces al día, ya que la finalidad de la vida monástica era alejarse del mundo y tener un contacto más directo con Dios. Todas las órdenes religiosas estaban sujetas a una regla, conjunto de normas que regulaban todas las actividades monásticas: horas que debían dedicar a rezar, a cultivar el huerto, a copiar libros, etc. Incluso actividades normales como comer o dormir estaban sujetas a horarios estrictos.


Durante la Edad Media se fundaron muchas órdenes religiosas. La más importante la de los benedictinos, fundada por Benito de Nursia en el siglo VI, en Italia desde donde se expandió por toda Europa. A ella perteneció el monasterio de Cluny.

miércoles, 30 de julio de 2014

San Martín de Frómista (reseña #2- 2a parte)

Continuamos con más información sobre la iglesia de San Martín de Tours en Frómista, Palencia:

Imponente juego de volúmenes de la cabecera, transepto y cimborrio  de san Martín de Frómista
Este famosísima construcción es de los pocos edificios del románico pleno o dinástico en España y muestra evidentes relaciones con otros edificios señeros del Camino de Santiago como la Catedral de Jaca, San Isidoro de León y la Catedral de Santiago de Compostela.
Capitel interior con leones
Su origen hay que buscarlo en un monasterio benedictino fundado por Doña Mayor, Condesa de Castilla y Reina de Navarra (viuda de Sancho el Mayor) en 1066, aunque el templo actual debió construirse en las dos últimas décadas del siglo XI.
Bóveda de medio cañón de la nave central

Fue declarada Monumento Nacional en 1894 y a raíz de ello, en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, fue restaurada por el arquitecto Aníbal Álvarez, siguiendo los criterios de la época, puestos de moda por Viollet-le-Duc, que consistía en devolver al estado original los edificios, aunque para ello hubiera que reconstruir partes completas. Otro de los excesos que se cometieron fue la sustitución de algunos capiteles por copias (uno de ellos llegó a ser mutilado por "impúdico"). Las piezas originales se encuentran en algunos museos.
Maqueta que muestra el estado de la iglesia antes de la restauración de Aníbal Álvarez

Para ser más explícitos, en estas obras se elimino una torre campanario que se erigió sobre el cimborrio, así como la pintoresca escalera y galería volada que servían de acceso a la misma.
Se acondicionaron especialmente los flancos meridional y occidental, que eran los más afectados por las adiciones y ruinas posteriores a la edificación románica.
Concretamente, se descegó la portada meridional y se reconstruyó una de las torres cilíndricas que estaba desmochada.
La fachada occidental de la iglesia de San Martín fue la más restaurada
Por su parte, la puerta occidental es probablemente fruto de esta restauración y se duda de si existió un acceso en esta fachada originalmente.
Arquitectura
Resulta sorprendente la perfección de sus formas, sus volúmenes, su exacta y perfecta construcción, su belleza arquitectónica y su riqueza ornamental.
San Martín de Frómista: nave central

En lo relativo a la arquitectura es evidente la deuda que esta iglesia tiene con la arquitectura bizantina medieval (consolidada a partir del siglo IX por influencia armenia) y que se fusionócon la tradición de los templos basilicales latinos hasta configurar un mestizaje tan sobresaliente como el de Frómista.
San Martín de Frómista
De planta rectangular basilical, se trata de una iglesia de tres naves, la central más alta y de anchura doble que las laterales, con crucero acusado sólo en alzado y una extraordinaria linterna poligonal sobre el crucero. El hastial es flanqueado por dos torrecillas cilíndricas.

La cabecera está formada por tres ábsides escalonados sin presbiterio -al modo bizantino- que enlazan directamente con el transepto. Su articulación, como en Jaca, dejará una huella imborrable en el románico hispano posterior: columnas entregas en los muros, cortadas horizontalmente por impostas abilletadas más ventanales de "tipo portada" en los paños intermedios.
El cimborrio es una aportación bizantina a la arquitectura románica
En el crucero emerge un imponente cimborrio o linterna de iluminación, que al exterior tiene planta octogonal, mientras que en el interior tiene una cúpula semiesférica que se apoya en los arcos torales por intermediación de cuatro trompas.
Arcos torales con la cúpula del cimborrio
Las tres naves se separan mediante arcos formeros que apoyan en pilares de sección cuadrada con semicolumnas en sus cuatro frentes. Tanto la bóveda de la nave central como las de las laterales son de medio cañón con arcos fajones de refuerzo.
Interior de la nave central de San Martín de Frómista
La iglesia de San Martín de Frómista tiene cuatro puertas: tres repartidas en las fachadas sur, oeste y norte más otra en el hastial sur del transepto.

La puerta norte es la que mejor se conservaba originalmente, ya que la sur estaba tapiada y la occidental fue, posiblemente, un invento del restaurador. Por su parte, la curiosa puerta de arco ojival del hastial sur del transepto (siglo XII) comunicaba el templo con una sacristía moderna y se especula que en los tiempos medievales se abriera a alguna de las dependencias monacales hoy desaparecidas.
Costado norte de la iglesia
La conformación de las puertas norte y sur es de gran sencillez y relacionable por su combinación de elementos con otras puertas del Camino de Santiago y afines aragonesas (Jaca, San Adrián de Sásabe, Castillo de Loarre, Santa María de Iguácel, etc.): tres arquivoltas de medio punto, las externas con perfil plano y aristas vivas, mientras que la intermedia es de baquetón. Todo ello exornado por un guardapolvos de taqueado jaqués.
Escultura
Portadas, ventanales con arquivoltas sobre columnas encapiteladas de la mejor calidad y un total de 300 canecillos ofrecen al espectador un mareante juego de formas.
Capitel de un vantanal exterior

En los canecillos abundan las cabezas de perros y otros animales, como bóvidos. También tenemos numeroso animales de cuerpo entero -atención merecen los abundantes monos- en distintas posturas así como bustos humanos y personajes en cuclillas, alguno de temática vegetal.
Animal devorando a un hombre
En los capiteles de los ventanales de toda la iglesia, además de temas vegetales basados en palmetas y zarcillos, son bastante frecuentes escenas historiadas donde hombres interaccionan con leones.
Canecillo de hombre y león
Uno de los hechos más notables de la escultura de Frómista es que trabajó en ella el famoso "Maestro de la Orestíada" que también se denomina "Maestro de Jaca-Frómista". Este autor se inspiró en un sepulcro romano procedente de la cercana población palentina de Husillos, que hoy se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. El resultado es que sus esculturas -de gran calidad plástica- recuperan parcialmente el naturalismo y perfección del cuerpo humano desnudo propios de la escultura grecorromana clásica.
Capitel del Maestro de la Orestíada
Este maestro trabajó también en la Catedral de Jaca donde dejó el famoso capitel del Sacrificio de Isaac, en el que el hijo de Abraham aparece desnudo con una disposición de su cuerpo típica de este maestro: con las piernas ligeramente abiertas en "X" sobre el collarino. Parecidas morfología tienen algunos símbolos zodiacales en la fachada de San Isidoro de León.
Dicho esto, una de las cosas que hay que advertir al visitante es que varios capiteles interiores de San Martín de Frómista son réplicas. La mayoría de ellos -no todos- tienen una "R" en el cimacio.
Capitel con la Adoración de los Reyes Magos
Es evidente que además del Maestro de la Orestíada trabajaron en el taller varios escultores con técnicas distintas, aunque la homogeneidad del conjunto no se pierde por ello.

Podemos hacer una sencilla y quizás demasiado tópica clasificación de la iconografía presente en el interior de la iglesia:

Además de curiosas iconografías, San MArtín de Frómista sobresale por la belleza de algunos capiteles vegetales
  • Temática vegetal y animal: son numerosas las cestas vegetales, algunas de extraordinaria belleza como el que se suele comparar con el de Nogal de las Huertas, con hojas acaracoladas que reinterpretan libre y magistralmente el capitel compuesto romano. También hay algunos que inciden en los leones, verdaderos protagonistas de Frómista, y las aves.
  • Temática bíblica: entre los que citamos las cestas que muestran episodios vetero y neotestamentarios como el Pecado Original, la expulsión del Paraíso o la Adoración de los Reyes Magos.
  • Temática moralizadora y/o simbólica: hay una serie de capiteles con escenas que llegan a resultar confusas iconográficamente entre las que podemos citar lo que parece una reyerta entre soldados, la fábula del cuervo y el zorro, una mujer que parece embarazada entre hombres y leones, personas que cabalgan leones, etc.
Capitel de curiosa y misteriosa iconografía
Por último, añadiremos la existencia de un crismón en la puerta de acceso de la torre norte. No es de tipo trinitario, que es lo que suele ser habitual en el Camino de Santiago, puesto que carece de la "S" del Espíritu Santo. De ahí que la "X" y la "P" se refieren a las dos letras iniciales de Cristo en griego.
CrismónTambién, son interesantes las réplicas de los símbolos de los Evangelistas en el interior de las trompas que sujetan la bóveda del cimborrio.
León (San Marcos). Réplica del relieve original de una de las trompas del cimborrio

San Martín de Frómista (reseña #2)

Esta es la segunda reseña del blog. No sólo publicaremos reseñas, sino que también publicaremos contenidos que irán agrupándose en las diferentes etiquetas del menú derecho.
Para hoy hemos escogido todo un clásico del arte medieval románico: San Martín de Frómista (Palencia), quizá uno de los mejores ejemplos de románico español y que, además, fue la opción a comentar en el examen de selectividad Historia del Arte de la Comunidad Valenciana este año.

A continuación, procederemos a comentar las características de esta iglesia románica, aunque sólo cubriremos la parte del análisis formal, conceptual y técnico y no la parte de contenidos.

SAN MARTÍN DE FRÓMISTA (PALENCIA)

        La imagen que analizamos es una obra arquitectónica que presenta una planta basilical con transepto. El origen de la planta basilical se halla en las antiguas basílicas romanas (que no tenían función religiosa), que luego tomará el arte paleocristiano y el estilo, en este caso, románico. La planta basilical presenta un eje longitudinal, que representa el camino hacia Dios, que aparece, simbólicamente representado en la cabecera. Por otro lado, el transepto, es la nave que cruza de manera horizontal a las naves verticales. Si el transepto está muy desarrollado, hablamos de planta de cruz latina (ideal de las iglesias románicas), pero que no se da en este caso. Respecto a los elementos que configuran la planta, encontramos: la cabecera, parte que representa a Cristo, lugar por donde se empezaban a construir todas las iglesias románicas, que presenta una forma semicircular (el círculo se asocia a lo divino). Por otro lado, encontramos que en la cabecera puede, aunque tampoco es este el caso, aparecer una girola/deambulatorio, una especie de pasillo que rodea el ábside y que es el lugar de acceso a las reliquias que suelen encontrarse en las criptas de debajo del ábside. En este caso, esta iglesia presenta un ábside y dos absidiolos (ábsides más pequeños). El transepto, esa nave transversal que hemos descrito antes, permite que aparezca el crucero (lugar cuadrangular, lo cual representa lo terrenal), donde cruza la nave longitudinal y la nave transversal. Suele presentar cuatro esquinas que se asocian al "tetramorfos", es decir, a los cuatro evangelistas y sus formas. Por otro lado, en el eje longitudinal, encontramos tres naves, una más alta y ancha que las dos (nave central) y otras dos más bajitas y estrechas (naves laterales). Finalmente encontramos los pies, donde remata la iglesia con las torres, que no están exentas. 
        En cuanto a los materiales constructivos, el material predominantemente utilizado en las iglesias románicas es la piedra, en este caso labrada, llamada sillar. El uso de la piedra reemplazó la madera, aunque consigo trajo muchos problemas (luego los veremos) para sustentar el enorme peso de la bóveda. El uso del sillar confiere una apariencia gruesa, maciza y robusta a este tipo de iglesias (el uso del sillar es herencia del arte pre-románico).
        Respecto al alzado, a continuación analizaremos los elementos sustentantes y sustentados. Los elementos sustentantes, es decir, los soportes, son: cimientos, pilares/columnas, muro, contrafuertes y arquerías. Los sustentados: las bóvedas y posibles cúpulas. En primer lugar, es necesario destacar la problemática del uso del sillar; al usarse el sillar, la piedra, en las bóvedas, todo el conjunto de la iglesia está hecha de modo que se busca sustentar el enorme peso de la bóveda de cañón hecha a base de sillares, para evitar que esta se resquebraje. Por ello, todos los elementos sustentantes se ponen al servicio de esta. 
Los cimientos son la parte más solida de la iglesia y se asocian a la figura de Cristo. Por debajo de los cimientos, solía haber criptas (cosa que no ocurre aquí), donde los fieles, en sus peregrinaciones, visitaban las reliquias. Por otro lado, encontramos el muro; sólido, grueso y sin fisuras, hecho de sillares, tenía que soportar prácticamente todo el peso de la bóveda y por ello, no se daba cabida a vanos de ningún tipo. Es decir, no podía haber ventanas porque si las había, el muro se fracturaba y en consecuencia, la bóveda se venía abajo. Eso confiere a las iglesias románicas un aspecto oscuro y tenebroso; y lo que surge de una necesidad arquitectónica, se acaba convirtiendo en todo un elemento para infundir temor y respeto en los fieles. El muro por si solo tampoco podría sostener el peso de la bóveda y necesita de contrafuertes exteriores que refuercen lo refuercen, por tanto, esto se convierte en otro elemento sustentante. Por otro lado, la bóveda se encuentra divida en tramos, utilizando arcos fajones de medio punto, que también, además de dividirla en tramos, distribuyen el peso. A cada arco fajón superior le corresponde un pilar (con forma de columna; los pilares eran el soporte preferido por su robustez). Estos pilares, a su vez, separaban la nave central de las laterales, con una serie de arcos formeros, también de medio punto. Ese es el sistema de pesos del románico. Por otro lado, la bóveda; esta es una bóveda de cañón (hecha a base de prolongaciones de arcos de medio punto), aunque en las naves laterales suele haber bóveda de arista (entrecruzamiento de dos bóvedas de cañón) y en el ábside, una "bóveda de horno" o de cuarto de esfera. Cabe destacar que sobre el crucero se alza el cimborrio, una torre, en este caso octogonal, cuyas esquinas, para ser sostenidas, se hallan resueltas con trompas. A la iglesia se accede por los pórticos, formados por arquivoltas y jambas. Hay uno por cada nave (uno en la central) y luego, uno en cada lado el transepto. 
        Respecto a los elementos decorativos u ornamentales, cabe mencionar, en primer lugar, la sobriedad y austeridad decorativa de las iglesias románicas, aunque puede haber presencia de elementos decorativos sobre todo en dos lugares: el pórtico, los capiteles y el ábside son los lugares más recurrentes donde aparece decoración. En este caso, hay una gran sobriedad decorativa, pero cabe destacar los ajedrezados o "taqueados", tan propios de las iglesias, como es el caso, que se encuentran en el Camino de Santiago y que se aprecia también en Jaca y en segundo lugar, los canecillos, que son una especie de figuras que aparecen en las ménsulas de los aleros. Finalmente, cabe destacar también la presencia, en el interior, de numerosos capiteles, que rematan los pilares circulares, que tienen carácter iconográfico y simbólico (el propósito de la escultura era adoctrinar) y ninguno de ellos se repite prácticamente.
        En definitiva, nos encontramos ante una arquitectura de carácter claramente religioso, pues la mayoría del arte medieval se encuentra influido por la religión. En particular, el edificio analizado presenta dos influencias claras. Por un lado, y teniendo en cuenta que el Camino de Santiago fue la vía de difusión del románico en España, presenta influencias francesas (el románico en España presenta influencias francesas porque es desde Francia donde se "exporta" el estilo (Cataluña es la excepción) e influencias mudéjares (importancia del Islam en la arquitectura posterior). Por otro lado, la gran influencia de San Martín de Frómista es la Catedral de Jaca (es innegable la coincidencia en los motivos decorativos y otros elementos interiores).
       Situada en pleno Camino Jacobeo, Frómista es referente obligado en el románico palentino y español merced a su iglesia de San Martín. Es la iglesia del monasterio benedictino que fundara doña Mayor, condesa de Castilla y viuda de Sancho III el Mayor rey de Navarra. 
El estilo de Frómista representa la plenitud del modelo Jaqués, edificada con un claro programa y sin interrupciones, lo que se aprecia en la coherencia de sus volúmenes. Junto con Santiago de CompostelaSan Isidoro de León y Jaca representa la cumbre del arte románico español del S XI.
A caballo entre el XIX y el XX (1894-1904) fue desmontada y reconstruida por Manuel Aníbal Álvarez y Amoroso, eliminando estructuras añadidas, reconstruyendo partes desaparecidas e inventándose alguna zona, como la portada apuntada del muro sur del transepto, allí donde hubo sacristía adosada, casi todo el hastial de poniente, y 86 de los 320 canecillos; entre otras cosas.
Se dice que "parece recién hecha" de lo excesiva que fue esa intervención; pero ello no le resta en absoluto ni un ápice de su mérito ni belleza integral que nos muestra a las claras cómo debió de ser el edificio en origen.
Los monarcas encabezados por el ya desaparecido Sancho III el Mayor: Sancho IV en Navarra, Ramiro I y Sancho Ramírez en Aragón y Navarra, Fernando I y Alfonso VI en León y Castilla son los que en acertada expresión de García Guinea edifican por si mismos o por sus familiares el "Románico Dinástico", el más importante y bello románico del S XI español.

martes, 29 de julio de 2014

San Vital de Rávena (reseña #1)


SAN VITAL DE RÁVENA (ARTE BIZANTINO)

LOCALIZACIÓN

Iglesia de San Vital, en la ciudad italiana de Rávena. Comenzada a construir en época ostrogoda, es encargada por el obispo Eclesio (522-532) y financiada por un banquero local (argentarius) llamado Juliano, quien gastó en ella la suma de veintiséis mil solidi. A la muerte de Eclesio la construcción continua con el obispo Víctor (538-545). Los mosaicos del presbiterio y del ábside se comenzaron en 546 bajo el obispo Maximiano quien consagra la iglesia en 547, ya en el período de dominación bizantina. El arquitecto pudo ser occidental, pero conocedor de la arquitectura que se estaba creando en la corte de Constantinopla.


A primeros del siglo X se instala al lado de la basílica un convento de monjes benedictinos. Debido a las nuevas necesidades, el atrio existente fue transformado en claustro realizándose un nuevo acceso al noreste para los laicos. En el siglo XIII se añade un campanile sobre la base de la torreta meridional de acceso al gineceo; de esa época data la transformación de la cobertura lígnea de las arcadas en bóvedas de crucería. En el XVI se eleva el pavimento en 80 cm. por problemas de infiltraciones acuíferas renovándose el presbiterio eliminando el ciborio tardoantiguo y la decoración en opus sectile e insertando un coro de madera. Por la mismas fechas se reconstruye el claustro bajo el proyecto de Andrea della Valle (1562) y se realiza el acceso por el portal sur. En 1688 un terremoto destruye el campanile y se reemplaza por el actual en 1696-98.
A partir de mediados del siglo XIX y hasta la primera década del XX, se realizan obras para recuperar el edificio en su forma original eliminándose las estructuras internas añadidas y devolviendo el suelo a su nivel, solucionando el problema de las filtraciones mediante un sistema de drenaje.


ANÁLISIS FORMAL

 La planta se inscribe en un octógono, con un espacio central abovedado y delimitado por ocho pilares sobre los que voltean arcos de medio punto, rodeado por un deambulatorio por encima del cual discurre una tribuna. Siete nichos se abren entre los pilares del baldaquino central, que se proyectan en el anillo del deambulatorio, mientras que el octavo lado está ocupado por el presbiterio cuadrado y el ábside saliente y más bajo que atraviesa la zona del deambulatorio y de la tribuna. Flanquean este ábside poligonal dos torrecillas rectangulares seguidas de sendas capillas circulares, provistas cada una de ellas de un absidiolo rectangular. En el lado occidental hay un nártex rectangular, absidiado en ambos extremos, dispuesto en posición oblicua, tangente en uno de los vértices del octógono que permite la colocación, a los lados del espacio interior resultante, de dos torretas, en una de las cuales se encuentra ubicado el campanile y en la otra la escalera que da acceso al gineceo. Asimismo, esta posición del nártex, permite la colocación de un doble acceso al interior tras los dos tramos triangulares que restan entre éste y el polígono, de ellos el de la izquierda da al tramo opuesto al presbiterio, y el otro al tramo contiguo. Antecede al nártex un atrio porticado en tres de sus lados que es uno de los accesos al edificio. Las otras dos entradas con las que cuenta están situadas a los lados de las capillas mencionadas anteriormente.


Fue realizada al parecer por trabajadores de la zona y construida en gran parte con materiales locales, los ladrillos, son distintos de los utilizados anteriormente en Rávena y en todo el norte de Italia. Delgados y largos, separados por juntas de mortero bastante gruesas, imitan los de Constantinopla, y fueron fabricados en la localidad para todas las construcciones financiadas por Juliano en la ciudad. La bóveda, muy ligera, que cubre el tramo central, no está construida de ladrillos en sardinel, sino mediante la técnica occidental de tubos de cerámica insertados unos en otros dispuestos en hileras horizontales, de modo concéntrico. Al exterior está cubierta con tejas.

Se conserva la decoración musiva del ábside y del presbiterio, el revestimiento de los pilares, de suntuoso mármol jaspeado, se ha restaurado sobre fragmentos existentes y el pavimento de opus sectile, está reconstruido en dos secciones triangulares del octógono interior. Los fustes de las columnas con basas poligonales y sus capiteles de forma troncopiramidal, esculpidos con trépano, fueron importados de los talleres de Proconesia.


En su interior domina la unidad y la diafanidad. El espacio central, octogonal, está delimitado por ocho pilares que sustentan arcadas que forman grandes exedras divididas en dos alturas, ambas provistas de arquerías sobre columnas. La esbeltez de sus arcos, unido a la ausencia de entablamento, confieren al conjunto una gran verticalidad. Alrededor del octógono central corre la galería baja, conservando también planta poligonal que se traduce al exterior, y encima de ella, tribunas para el gineceo. Las zonas del deambulatorio y la galería están cubiertas mediante bóvedas de crucería (en origen eran de madera). La cúpula es alta, está elevada no sólo por piso de galerías, sino también por el tambor que va sobre los arcos. Éste conserva la forma octogonal y tiene una gran ventana en cada lado, enmarcadas cada una de ellas por arcos de medio punto, a partir de cuyas claves comienza la curvatura de la cúpula.
 Refuerza la sensación de diafanidad, el caudal de luz que atraviesa las filas de grandes ventanales del deambulatorio, de la tribuna y el cuerpo de luces de la zona central, que traba todas las partes del edificio.
Esta perfecta articulación del espacio interno se traduce al exterior con una correcta proyección de volúmenes, con el mismo sentido de la verticalidad y ritmo ascendente, desde las capillas hasta la cubierta central.
La planta octogonal de San Vital tiene su antecedente en los grandes mausoleos  imperiales de la Antigüedad, como el de Diocleciano en Spalato; éste  era octogonal al exterior y circular al interior y coronado con una cúpula. Estos mausoleos no eran simplemente tumbas, eran heroa, templos funerarios destinados a conmemorar la muerte del emperador y rendirle honores. Los heroa habían tomado de los edificios religiosos, como el Panteón de Roma la planta circular, los nichos envolventes, la cúpula celestial y el vocabulario arquitectónico. Pero el antecedente directo de San Vital parece ser la iglesia llamada El Octógono Dorado de Antioquía. Se conservan descripciones de su aspecto: de ocho lados, iba precedido por un nártex de dos pisos cubierto por una techumbre dorada, su núcleo central estaba envuelto por naves de dos pisos, deambulatorio y tribuna, de las que se separaba mediante columnas y nichos. Fue construido en época de Constantino, sus contemporáneos debieron de encontrar natural el adaptar la planta de los mausoleos imperiales a la conmemoración de Cristo.
En la época de su construcción San Vital fue una excepción en la producción arquitectónica de Rávena, donde la basílica italiana era la norma. Siglos después, en 787, sería visitada por Carlomagno quien la utilizaría como modelo para la construcción de su capilla palatina de Aquisgrán.

En cuanto a la decoración, los mosaicos se hallan situados en la bóveda del ábside y, dentro del presbiterio, en sus muros laterales, sus tímpanos superiores con las enjutas, su bóveda y el intradós del arco de acceso.
Esta obra de mosaico fue realizada probablemente por artistas de formación oriental y occidental. Se ha visto un primer estilo de tendencia impresionista y expresión muy libre en los mosaicos que revisten el presbiterio dentro de la tendencia estilística y técnica romana y otro más abstracto que se plasma en el ábside. Las composiciones aquí están en relación con las concepciones orientales; las figuras muy frontales, no tienen volumen, igual que el espacio está al margen de la tridimensionalidad. Sin embargo, el empleo de materiales preciosos como oro o nácar en la composición nos habla de un nuevo concepto de la obra, considerada como un objeto de valor por sí mismo. En síntesis, en San Vital encontramos una vitalidad y creatividad extraordinarios que hacen revivir temas clásicos a  la vez que crean otros nuevos, revitalizando así la época teodoriciana.

APROXIMACIÓN AL SIGNIFICADO

Los mosaicos de San Vital contienen un programa iconográfico muy completo. En la bóveda del ábside se halla representado Cristo imberbe, con el cabello corto y un nimbo en forma de cruz, entronizado sobre la bola del mundo y vestido con la túnica de púrpura.


Sujeta en la mano derecha una corona y en la izquierda un pergamino. A su lado derecho, el arcángel Gabriel conduce a San Vital, vestido con traje de corte, con túnica de charreteras y cenefas bordadas y la clámide de sedas tejidas en las fábricas palatinas, con las manos cubiertas por esta última, dispuesto a recibir la corona del martirio que Cristo le ofrece, a la izquierda, se encuentra San Miguel con el obispo Eclesio, quien ofrece a Cristo una maqueta del templo. En lo alto de la escena se ven nubecillas alargadas y debajo del orbe vemos la tierra con flores, sobre la que se apoyan los arcángeles, el santo y el obispo y de la que brotan los cuatro ríos del Paraíso. Arriba, en las enjutas, se hallan las ciudades de Jerusalén y Belén.
El tema de las otras escenas del presbiterio es eucarístico en su conjunto. En el tímpano izquierdo del presbiterio, Abraham recibe a los tres ángeles bajo el roble, en Mambré, y se dispone a sacrificar a Isaac. En el sacrificio, el carnero vuelve la cabeza hacia Abraham, y la mano de Dios aparece entre las nubes mientras Isaac espera sobre el altar. En las enjutas hay, en la izquierda una representación de Jeremías y en la derecha se ve a Moisés recibiendo las Tablas de la Ley, mientras al pie del monte Sinaí le esperan las doce tribus de Israel. En la parte superior del tímpano hay dos ángeles que portan un medallón con una cruz adornada con joyas.


En el tímpano de la derecha Abel y Melquisedec hacen sacrificios. Abel sale de una choza cubierta de paja y ofrece al cielo un pequeño cordero. El altar de Melquisedec tiene sobre la mesa la copa sacramental y los dos panes-hostias, está delante de una iglesia que tiene forma de basílica. La mano de Dios sale de entre las nubes a recibir las ofrendas. En las enjutas, Moisés se desata la sandalia ante la zarza ardiente y cuida de los rebaños de su suegro Jetró. En el otro lado hay una representación de Isaías. En el centro se repiten los ángeles con la cruz y el medallón.


La bóveda del presbiterio está decorada por un mosaico de volutas vegetales con pájaros, dividida en cuatro por nervaduras formadas por hojas de laurel. En el centro, cuatro ángeles con orbes sostienen una guirnalda central que enmarca al Agnus Dei.


En el intradós del arco que se abre al presbiterio hay una serie de quince medallones que representan a los bustos de Cristo, en lo alto, con barba y cabello largo, a los doce apóstoles y a los santos Gervasio y Protasio.
En las paredes entre las aberturas de la galería y la entrada y en los extremos absidales del presbiterio aparecen los cuatro evangelistas con sus animales simbólicos, sentados en las rocas de un paisaje árido, con pequeñas plantas, junto a una fuentecilla del desierto, que comparten con animales para beber. Su parco mobiliario se reduce a un pupitre con los útiles de escribir y un cubo para los rótulos.


 Entre estas escenas principales hay gran riqueza de motivos ornamentales secundarios: jarrones llenos de fruta,  pavos reales, cornucopias cruzadas, flores y acantos habitados por un auténtico zoológico de aves y animales.
Dentro del ábside, en las paredes de ambos lados, se hallan dos paneles en los que se representa al emperador Justiniano y a su esposa Teodora.
En el lado del Evangelio, se ve a Justiniano, con aureola, coronado y revestido de clámide de púrpura sujetada con una enorme fíbula de oro y joyas. Su mano izquierda, cubierta, sostiene la bandeja. Está acompañado por su corte y por el obispo de Rávena Maximiano y llevan los utensilios necesarios para la celebración de la misa: patena, cruz, Evangelios e incensario. A su derecha, en el extremo, un grupo de la guardia real. Todos están de pie ante un fondo verde, , y dirigen su mirada hacia el espectador.


En el lado de la Epístola, destaca la figura de la emperatriz Teodora, engalanada con joyas, diadema, catatheistae y collar, ataviada con una clámide de púrpura bordada en oro con las figuras de los tres Magos, sostiene un cáliz de oro y es precedida por dos chambelanes. Uno de ellos alarga el brazo hacia una cortina recogida que cuelga de la puerta, pero vuelve la vista hacia la emperatriz. La emperatriz se halla en pie en un nicho coronado por una concha, las damas acompañan a la emperatriz debajo de un dosel recogido; delante de la puerta, a la izquierda, hay una fuentecilla de la que brota agua.


Esta ofrenda imperial realizada por Justiniano y Teodora era un gesto frecuente en aquellos tiempos hacia las iglesias más importantes del Imperio. Su representación se basa en la oblatio, tema que responde a una iconografía jurídica con precedentes en Roma, llegado el momento de invocar la acción sagrada del emperador como pontífice máximo. Este cortejo imperial (ficticio, pues parece ser que Justiniano y Teodora nunca visitaron Rávena) perseguiría dos objetivos, por una parte el reconocimiento de la divinidad de Cristo como hijo de Dios; un reconocimiento que negaba la doctrina arriana, y por otra parte trataba de invocar la relación entre Dios y el emperador plasmando así una idea que era casi un principio moral: el carácter divino del soberano que dispensa al mundo la gracia divina. Justiniano tendría como misión hacer triunfar en la tierra el reino de Cristo. 
Recordaremos que el encargo del edificio data de fechas anteriores a 540, cuando la ciudad es reconquistada por el general Belisario a las tropas ostrogodas. A partir de esa fecha Rávena se convierte en sede de un exarcado en el que el puesto de gobernador lo ocupa el propio obispo; en fechas de la terminación de San Vital lo es Maximiano, quien consagra la iglesia en 547. Por ello, es probable que los paneles en los que se representa al emperador y a su esposa, manifiesten el interés por la reconquista bizantina de Italia, así como el apoyo al virrey Maximiano un candidato imperial, la entrega de regalos a la iglesia de San Vital y la acentuación de las dos esferas de autoridad, elimperium y el sacerdotium.
La celebración del Imperio de Justiniano está estrechamente relacionada con el reino y el Imperio de Cristo mostrado en el ábside como el máximo signo del poder. Por trono el globo cósmico y en la mano el rollo de la Ley con la Sabiduría que gobierna el mundo. Los arcángeles representan la eterna corte de Cristo, eterno en su representación juvenil de su rostro imberbe que lo sitúa fuera del tiempo. La figura del soldado mártir Vital y el obispo Eclesio incorporadas a lo intemporal confieren al imperio terreno de Justiniano la idea de un reino sin fin.
El arco del ábside con el águila imperial que acompaña el monograma de Cristo y los cuernos de la abundancia que simbolizan la abundancia del Imperio, extraídos de la tradición romana del triunfo imperial que conjuga la dimensión política con la religiosa.
En el presbiterio en estrecha vecindad con los cuadros imperiales están las cuatro escenas de la vida de Moisés, el profeta liberador legislador, prototipo de emperador autor del Código de Derecho Civil. Siempre en el presbiterio la imponente figura de los profetas Isaías y Jeremías del Antiguo Testamento y los cuatro Evangelistas por el Nuevo Testamento, representando el testimonio histórico y de fe de cuanto es ilustrado bajo la unidad de la Iglesia y el Imperio, Imperio y Sacerdocio.
En el arco triunfal Cristo con su senado apostólico y por circunstancias devocionales se añaden los santos Gervasio y Protasio considerados los hijos de San Vital.
El aspecto religioso retoma la primacía en lo sublime y celeste centralidad del Cordero del Apocalipsis, Cristo en un cielo de veintisiete estrellas, número y símbolo terrario-trinitario que reina para la eternidad. Anunciado en el tiempo de la historia providencial profética del sacrificio bíblico de Abel y Melquisedec en la derecha, y Abraham a la izquierda, quien recibe en las figuras de los tres ángeles a la Trinidad, que le anuncia la futura maternidad de su mujer Sara, de la que descenderá más tarde la figura de Jesús.
En el presbiterio central sobre el muro del arco del ábside, las ciudades de Belén y Jerusalén, símbolo la una de los hebreos (l’ecclesia ex circuncisione) y la otra de los gentiles (l’ecclesia ex gentibus) unidas en un solo pueblo por Cristo. Entre ellas, sustentado por dos ángeles, el símbolo solar con el Alfa en el centro como Cristo creador del que emanan rayos del mundo cósmico y del universo histórico. Evidente triunfo contra los ostrogodos y todos los pueblos bárbaros, que abandonan el imperio, arrianos como son, superados por la fe antiarriana de Justiniano.

Este mensaje de triunfo terreno-divino se ve apoyado por la tipología de la planta de la iglesia, la forma es la resultante de la combinación del cuadrado, símbolo de lo terrenal con el círculo, símbolo de lo celestial. El octógono es, dentro del valor simbólico de los números, el símbolo que representa la eternidad.
En conjunto, el edificio de San Vital es un “envase” cuyo espacio se expresa como presencia divina, en una compleja interacción de efecto mistérico que suscita el espíritu de Oriente, así como también las doctrinas neoplatónicas de Dionisio Areopagita quien, como reacción al dictado de los sentidos, defendía una visión espiritual dirigida a valorar la esencia de las cosas.

Extraído de: http://www.uv.es/~mahiques/Vitalrav.htm 

EL ARTE MUDÉJAR

3.2. Arte Mudéjar by jsealeixandre

Una unidad para trabajar el arte mudéjar.

lunes, 28 de julio de 2014

El conjunto del arte medieval

    El emperador Teodosio dividió el Imperio, en el 395 d.C., ante la fuerte crisis social, económica y política que experimentaba el Imperio Romano a causa de los ataques y la presión de los pueblos bárbaros del norte de Europa sobre las fronteras para avanzar, en dos partes, cada una de ellas para uno de sus dos hijos: Arcadio y Honorio. Así, el Imperio quedó dividido en Imperio Romano de Occidente, con capital en Rávena y Imperio Romano de Oriente, con capital en Constantinopla. La parte oriental, más rica y poblada, no sufrió tanto las invasiones bárbaras; sin embargo, la parte occidental pronto se vio afectada por estas invasiones. Las tribus germánicas invadieron Europa de manera progresiva y en el 476 d.C., Rómulo Augústulo, último emperador del Imperio Romano de Occidente, cedió el poder a Odoacro, jefe de la tribu de los ostrogodos. Con esto, se produce un cambio total y absoluto en Europa y se inicia la Edad Media europea.

    Por tanto, esta división condicionó de manera absoluta el arte, porque mientras que en Europa se inicia una verdadera Edad Media, Bizancio vivirá años dorados. Es decir, los estilos artísticos que se forjarán serán diferentes. En esta presentación podemos entender estos aspectos mejor:













CONTEXTO HISTÓRICO- INTRODUCCIÓN A LA EDAD MEDIA


La EDAD MEDIA debe entenderse como un largo período histórico que comprende alrededor de unos diez siglos (S.V-XV), que se inicia con la caída del Imperio Romano de Occidente (476) (cuando el último emperador, Rómulo Augústulo, es vencido por Odoacro, de la tribu bárbara de los ostrogodos) y que finaliza con la caída de Constantinopla (1453), poniendo fin al Imperio Bizantino, por la invasión de los turcos otomanos, la invención de la imprenta (Gutenberg) y el fin de la Guerra de los Cien Años. Otros historiadores consideran que la Edad Media termina con el descubrimiento de América, en 1492, por Cristóbal Colón.
Etimológicamente, el término "Edad Media" o "Medievo", procede del latín "medium ævum", es decir, como una especie de período de transición entre la antigüedad clásica grecorromana y el renacer de la misma con el Renacimiento. De cualquier modo, la Edad Media siempre ha sido concebida como un período oscuro en la historia, frente a los períodos de "luz" clasicistas. Si bien esa concepción de Edad Media ha perdurado, también el "oscurantismo" le ha dado un toque de misterio, que fue muy atractivo a los románticos del S.XIX. Es la etapa del Romanticismo que considera el mundo medieval como la fase de gestación y consolidación de los países de Europa y su sentimiento de identidad nacional. Durante gran parte del siglo XIX la arquitectura europea va a estar dominada por los movimientos historicistas neomedievales, como el neorrománico y especialmente el neogótico.

La Edad Media suele dividirse en dos grandes períodos: Alta Edad Media (ss. V-X), también conocido como "Antigüedad Tardía", porque van desapareciendo las características del mundo clásico y se van configurando las propias del mundo medieval. Los primeros siglos de la Alta Edad Media se consideran el periodo medieval más oscuro como consecuencia de la relativa pérdida del orden y la cultura romanas. Las guerras y la violencia fuerzan la consolidación de un sistema feudal de intercambio de servicios y contrapartidas. Durante esta etapa se suele olvidar el brillo cultural y artístico remansado en el Imperio Romano de Oriente, convertido en el Imperio Bizantino que, a pesar de sus muchos conflictos, conservó el acerbo cultural y científico romano y lo irradió al resto de Occidente mediante influencias directas e indirectas (árabes de Al-Ándalus y siglos más tarde durante el conflicto de las Cruzadas). No obtante, cabe hablar de un acontecimiento fundamental: el renacimiento caloringio. Dicho renacimiento, producido en el siglo XI, es consecuencia de una combinación de mejoras de tipo técnico, político y económico surgidas poco después del emblemático y apocalíptico año 1000 y es la etapa de florecimiento del mundo religioso y cultural monástico que se plasma en un revivir sin precedentes de arquitectura, escultura, pintura, iluminación de manuscritos, etc. De algún modo, esto marcó un punto de inflexión y de entrada en la Edad Media y en su estilo más representativo, el Románico. También se considera consecuencia de la activación del fenómeno de las peregrinaciones y del sentimiento de defensa de la fe mediante el espíritu de cruzada, que paradójicamente activó el trasvase de nuevas ideas por el trasiego de gentes viajeras que supuso.

 Edad Media, Claustro del Monasterio de La Oliva


Baja Edad Media (ss. XI-XV).
Será precisamente esta apertura la que transformará la sociedad y la percepción del mundo, lo que acabará desembocando en el gótico, en el S.XIII. 
Esta centuria vive el renacer de las ciudades y la vida urbana, el traslado del protagonismo de los monasterios a las catedrales y parroquias urbanas, el declive de las órdenes monásticas en detrimento a los conventos mendicantes, la creación de universidades y la revalorización de los aspectos relacionados con la naturaleza y con el hombre.
Con todo, y tras el brillo de los siglos XI, XII y XIII, la Baja Edad Media vivirá en el siglo XIV el período de mayor crisis a la que se había encontrado sometida Europa jamás y de la que tardará en recuperarse: conflictos bélicos constantes, epidemias de Peste Negra (como la de 1348), pérdida de valores y creencias, desmoralización de la población... Lo cual llevará a replantearse nuevos principios que fundamentarán otro período histórico.

Primera publicación del blog


Este blog es un espacio en el que se expondrán algunos de los aspectos más interesantes y necesarios para conocer y fundamentar un espíritu crítico y que buscan generar una capacidad suficiente para ser capaces de valorar el conjunto del arte medieval. Por ello, los temas que se tratarán serán:
   - El Primer arte Cristiano, en convivencia con el fin del Imperio Romano de Occidente: el arte paleocristiano.
   - El esplendor de un imperio: el arte bizantino.
   - El Islam y su expansión: el arte islámico en general y el arte hispanomusulmán: califal, almorávide, almohade y nazarí.
   - Las reminiscencias del arte islámico: el arte mudéjar.
   - Estilos de transición: el arte prerrománico (arte visigodo, astur, caloringio y mozárabe).
   - El primer estilo unitario de la Europa medieval cristiana: El arte románico.
   - Cambios en la Europa medieval: El arte gótico y el pre-renacimiento.

Cabe destacar que, en las diferentes reseñas, material, documentos que se expongan, el contenido va estar siempre enfocado, predominantemente, hacia la historia del arte español.
San Martín de Frómista (Palencia), uno de los mejores ejemplos de
estilo románico en España.