CONTEXTO
HISTÓRICO: ARTE GÓTICO
Los
siglos del gótico coincidieron con una serie de cambios importantes
dentro de la Europa medieval que tuvieron lugar a partir de la mitad
del siglo XII.
Desde
el punto de vista económico, el feudalismo continúa pero se produce
una expansión económica y comercial que favoreció el crecimiento
de las ciudades y la aparición de un nuevo grupo social, la
burguesía. El perfil de la ciudad se levantaba imponente en
medio de los campos. Desde ellos se podían admirar sus murallas, los
altos campanarios de sus iglesias, el ayuntamiento, los palacios de
los nobles y de los comerciantes ricos... La nueva riqueza de estas
urbes se expresaba, sobre todo, con la catedral gótica, cuya
función no era solamente religiosa, sino la de expresar el nuevo
orgullo y el sentimiento de independencia de sus habitantes, por eso
estas construcciones eran de gran tamaño y de una riqueza nunca
vista hasta entonces. En una sociedad mayoritariamente rural, en la
que los campesinos vivían sometidos a los señores feudales, la
ciudad se convirtió en un símbolo de libertad y riqueza. Además
pasó a ser un gran centro de producción e intercambio de productos
y la burguesia que se ocupaba de estas actividades (banqueros,
grandes comerciantes...) se convirtió en sus gobernantes.
Desde
el punto de vista cultural, se produce la aparición de las
universidades ubicadas en las ciudades. En la época del
Románico la cultura se asociaba a los monasterios. Sólo sabían
leer y escribir los clérigos. Pero a medida que avanza el siglo XII,
la mejora de las condiciones económicas hace que algunos nobles y,
sobre todo, los burgueses dedicados a los negocios, necesitaran
conocimientos de cálculo, escritura, derecho, etc. Esta necesidad de
mayor educación potenció la aparición de las escuelas episcopales
(dependientes de obispos) y de escuelas urbanas (dependientes de los
gobiernos de las ciudades). El deseo de algunos profesores y
estudiantes de poder aprender libremente, sin el control de las
autoridades religiosas, dio lugar a la formación de unas
corporaciones llamadas universidades, a partir de las cuales, la
enseñanza dejará de estar controlada por los monasterios.
Políticamente,
el particularismo feudal va cediendo terreno ante el poder unificador
de las monarquías centralizadas. Los monarcas aprovecharon el
crecimiento de la burguesía urbana y el dinero que les
proporcionaba, a cambio de la concesión de privilegios, para
afianzar su poder sobre la nobleza feudal.
Desde
el punto de vista religioso, surge un nuevo modo, más humano y
abierto, de entender el cristianismo. La vida urbana planteó nuevas
necesidades religiosas que no podían resolver los monasterios
aislados en el campo. La iglesia necesitó un nuevo tipo de órdenes
religiosas: unos frailes que vivieran y trabajaran en la
ciudad (conventos) y que se dedicaran a la predicación y a la
limosna. Se les llamó órdenes mendicantes porque ellas
mismas vivían de la caridad. Las más importantes fueron los
franciscanos, fundados por Francisco de Asís, que destacaron
por su regreso a la pobreza y la oración y por el cuidado de pobres
y enfermos; y los dominicos, fundados por Domingo de Guzmán,
dedicados al estudio, a la predicación y a la vigilancia de la fe y
del cumplimiento de la ortodoxia.
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