jueves, 31 de julio de 2014

Contexto histórico (breve) del arte gótico

CONTEXTO HISTÓRICO: ARTE GÓTICO

Los siglos del gótico coincidieron con una serie de cambios importantes dentro de la Europa medieval que tuvieron lugar a partir de la mitad del siglo XII.

Desde el punto de vista económico, el feudalismo continúa pero se produce una expansión económica y comercial que favoreció el crecimiento de las ciudades y la aparición de un nuevo grupo social, la burguesía. El perfil de la ciudad se levantaba imponente en medio de los campos. Desde ellos se podían admirar sus murallas, los altos campanarios de sus iglesias, el ayuntamiento, los palacios de los nobles y de los comerciantes ricos... La nueva riqueza de estas urbes se expresaba, sobre todo, con la catedral gótica, cuya función no era solamente religiosa, sino la de expresar el nuevo orgullo y el sentimiento de independencia de sus habitantes, por eso estas construcciones eran de gran tamaño y de una riqueza nunca vista hasta entonces. En una sociedad mayoritariamente rural, en la que los campesinos vivían sometidos a los señores feudales, la ciudad se convirtió en un símbolo de libertad y riqueza. Además pasó a ser un gran centro de producción e intercambio de productos y la burguesia que se ocupaba de estas actividades (banqueros, grandes comerciantes...) se convirtió en sus gobernantes.

Desde el punto de vista cultural, se produce la aparición de las universidades ubicadas en las ciudades. En la época del Románico la cultura se asociaba a los monasterios. Sólo sabían leer y escribir los clérigos. Pero a medida que avanza el siglo XII, la mejora de las condiciones económicas hace que algunos nobles y, sobre todo, los burgueses dedicados a los negocios, necesitaran conocimientos de cálculo, escritura, derecho, etc. Esta necesidad de mayor educación potenció la aparición de las escuelas episcopales (dependientes de obispos) y de escuelas urbanas (dependientes de los gobiernos de las ciudades). El deseo de algunos profesores y estudiantes de poder aprender libremente, sin el control de las autoridades religiosas, dio lugar a la formación de unas corporaciones llamadas universidades, a partir de las cuales, la enseñanza dejará de estar controlada por los monasterios.

Políticamente, el particularismo feudal va cediendo terreno ante el poder unificador de las monarquías centralizadas. Los monarcas aprovecharon el crecimiento de la burguesía urbana y el dinero que les proporcionaba, a cambio de la concesión de privilegios, para afianzar su poder sobre la nobleza feudal.


Desde el punto de vista religioso, surge un nuevo modo, más humano y abierto, de entender el cristianismo. La vida urbana planteó nuevas necesidades religiosas que no podían resolver los monasterios aislados en el campo. La iglesia necesitó un nuevo tipo de órdenes religiosas: unos frailes que vivieran y trabajaran en la ciudad (conventos) y que se dedicaran a la predicación y a la limosna. Se les llamó órdenes mendicantes porque ellas mismas vivían de la caridad. Las más importantes fueron los franciscanos, fundados por Francisco de Asís, que destacaron por su regreso a la pobreza y la oración y por el cuidado de pobres y enfermos; y los dominicos, fundados por Domingo de Guzmán, dedicados al estudio, a la predicación y a la vigilancia de la fe y del cumplimiento de la ortodoxia.

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