martes, 19 de agosto de 2014

San Trófimo de Arlés (ROMÁNICO FRANCÉS) (reseña #5)

A continuación presentamos un breve comentario de la iglesia de San Trófimo en Arlés (Francia), de la que vamos a destacar, mayoritariamente, su tímpano con el juicio final. 
No obstante, conviene señalar algunas características propias del románico francés:
 - Es en Francia, no donde surge, sino donde más se desarrolla el estilo románico a lo largo del S.XI.
 - El románico francés tiene una gran influencia sobre el románico español; el estilo románico en España se desarrolla y consolida a lo largo del Camino de Santiago (al igual que se fundarán muchos monasterios cluniacenses). 
- En Francia surge un nuevo tipo de iglesia románica: la iglesia de peregrinación. De este tipo de iglesia cabe destacar: 
    - presenta planta de cruz latina
    - presenta girola o deambulatorio, que conduce a los fieles hacia las criptas donde, en la gran mayoría de veces, se guardan las reliquias (esa es la finalidad de las iglesias de peregrinación).
-Encontramos dos líneas de inflluencia; la tradición, tanto la paleocristiana como la bizantina, están latentes en este tipo de construcciones. 
- En Francia, el románico se desarrolla, fundamentalmente, en: Borgoña, Aquitania, Languedoc, Provenza y Normandía.


San Trófimo de Arlés tiene una estructura arquitectónica muy simple, con unas naves laterales muy estrechas cubiertas con bóveda de cuarto de cañón que sirven para sujetar la bóveda de cañón, que es apuntado por influencia borgoñona, que cubre la nave central, que es mucho más alta y ancha que las laterales. La cabecera es posterior.
Conserva el claustro más suntuoso y con mejor decoración escultórica de Provenza, pero lo que destaca es la portada occidental, que no ocupa toda la fachada como en San Gilles de Gard, sino que está circunscrita a la nave central y antepuesta (y no inscrita) a la fachada. También está dispuesta como un arco del triunfo, pero de un solo vano. Se le practicó una restauración que acabó en el verano de 1995 que le devolvió su forma original.

Como bien es sabido, en el románico abunda el tema iconográfico del Juicio Final, dada la proximidad que creían, tendría este, en la Edad Media. El tema representa la segunda venida de Cristo (Parusía), para juzgar a vivos y muertos. Cristo aparece representado como juez, envuelto en una mandorla o almendra mística, en una postura rígida, hierática y sumamente simbólica (busca adoctrinar y cristianizar). Lleva la corona, pues se le representa como Rey de reyes. Aparece, como es habitual, rodeado por el tetramorfos, es decir, los cuatro evangelistas (Mateo, Marcos, Juan y Lucas), que cobran formas diferentes y que representan diferentes temas, que también presentan el libro de la vida, al igual que Cristo. En las arquivoltas, un coro de ángeles. A lo largo de todo el friso, temas habituales como el pesaje de las almas, los salvados y los condenados y todo el conjunto, sostenido por columnas apoyadas sobre una gran base. Entre ellas, nichos con esculturas de San Trófimo y San Esteban. En la parte superior, canes de forma monstruosa, que buscan infundir respeto a todo aquel que se adentrara en el oscuro interior de la iglesia. En el dintel, la escena de los 24 ancianos del Apocalipsis, que actúan como jueces.

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